Un viaje extraordinario es el que está viviendo David Otero. Un camino transitado con los pies descalzos para sentir siempre la textura del momento y con las manos abiertas para cazar al vuelo los mejores recuerdos. David Otero no olvida. Y si miramos al reflejo de sus ojos veremos las sonrisas de toda esa gente que ha querido formar parte de este viaje. Sus sonrisas son la de David.
En su hábitat natural, los escenarios, más de 50 directos este año avalan a un músico que sin duda alguna se ha establecido como uno de los referentes del pop español. En Madrid se colgó el cartel de no quedan entradas en sus dos conciertos, y a esta ciudad le siguieron otras como Valencia, Alicante o Albacete. Memorables fueron también los viajes al otro lado del mar, con shows en México, Argentina y Chile. Cada uno de estos lugares con particularidades que los hace especiales, y a su vez conectados por elemento común, el buen rollo a raudales.
Con la energía infinita que implica la confianza en el camino, David conecta con la realidad y lo hace con extrema naturalidad. Esto queda marcado a fuego lento en sus canciones, que con tanto mimo fueron compuestas y que celebran algo tan sencillo como vital, la positividad. Y las canciones, que quedan para todos, se fundieron con la gente. Con el hit ‘Una Vez Más’, supimos que bailar a saltos era la única salida. Con ‘Aire’, inspiramos la brisa cálida de las emociones. Con ‘Loco de Amor’, bebimos de la eterna juventud de los enamorados. Rodeado de amigos y con la diversión en su bandera, David Otero se ha lanzado a vivir con la sonrisa puesta.
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